No es país para excesos.

Mi dulce torta imperial con su oblea y acompañada de un vino dulce.
En estas fechas tan señaladas en que todo son excesos, lamento profundamente que no sean los buenos excesos los que llenen nuestros días. Quisiera decir que lo peor son los excesos en comida y bebida, que uno va empalmando comidas familiares con cenas de amigos hasta no poder más,  pero no. Este  año lo excesivo es la corrupción.  Entre el yerno del rey y los del PP se han quedado a gusto. He llegado a un punto que ya no sé si lo que me indigna más es lo que han hecho o como se trata el tema en los medios.

Creo que ha sido en cuatro ocasiones en las que he visto la noticia más preocupante de toda esta historia llevada a debate. ¿Qué hacemos con el Urdangarín de cera del museo?  Sí, sé que a ti también te interesa mucho este problema nacional y por eso te lo cuento. Resulta que lo apartan de la familia real, le quitan el traje,  lo visten de deportista y lo plantan en la sección deportistas ilustres  junto con Gasol y Sánchez Vícario. Craso error. Ese tampoco es el lugar que le corresponde, ya que a mi entender su valor como deportista no se puede comparar con el de los anteriores, es más, ni siquiera soy consciente de su relevancia como jugador de balonmano hasta que no se hizo público lo suyo con la infanta. Puestos a moverlo yo lo pondría con Mario Conde y el Dioni. Ahí estaría más en su sitio.

Tenemos una nueva ministra que, muy eficaz ella, ha mejorado mucho nuestras vidas: le ha cambiado el nombre a la violencia machista (o de género) ahora se llama violencia familiar. Mucho mejor, donde vamos a parar, con esta medida, ya me quedo más tranquila.

Mientras pasan el rato comentando que hacer con el dichoso muñeco o nos amenizan los días con imágenes de un juicio donde se dicen cosas cómo: “¿Qué relación tenía usted con “el bigotes”?”…  “ defina su relación con él” y tras decir que tenían una relación de hola y adiós, le dejan oír la grabación de una conversación telefónica donde se dicen cosas como: “venga cabronazo ¡que de esta nos forramos!”, nosotros estamos cada vez más con el culo al aire .  La verdad es que se me atraganta el guirlache y no me sube igual el Martini cuando veo hacia dónde vamos… me acuerdo de tu mail de los miedos y miedo me da pensar que el 2012 en realidad, se presenta peor que el que dejamos…

Ahora mismo, desearte feliz 2012 me parece más necesario que nunca, si bien no vamos a ir a mejor, que por lo menos nos podamos reír, ya sea compartiendo un vino sencillito o un Vega Sicilia, el caso es tenerte cerca, que en 2012 los excesos que se dé este país sean de trabajos a elegir, oportunidades para todos y menos mangantes en el poder, que de estos últimos, es curioso, si que tenemos excesos.

Besitos de turrón, (de oferta eso si, que no está el horno para bollos)

Esteruqui.