lunes, 11 de marzo de 2013

De Bud Spencer a Bárcenas, con la iglesia hemos topao.




Mi tartaleta de mousse de salmón con algas,
no me puedo creer que nuestros últimos mails, desde noviembre por lo menos tengan más partes médicos que contenido. Casi te diría que me sorprende tano como ver que tú último mail es de primeros de febrero y que yo sigo sin contestarte. No tengo perdón.
Vamos tan agobiados como el Papa, que ha dimitido dejando al cónclave compuesto y sin novio, y si bien nuestra ausencia en sendos trabajos no sería tan importante como la suya, quiero pensar que alguien sentiría nuestra falta aunque no se necesite una fumata blanca para sustituirnos.
Vamos a lo nuestro. Si ya tenía un mes complicado emocionalmente, ni te cuento lo que ha sido volver a sentir el peso del horror nazi una vez más. En el club de lectura de este mes hemos hablado de Paradero desconocido,de kresmman Taylor, una novela corta que lo que te corta es el aliento y te deja sin palabras.
Mi padre sigue con su máquina de oxigeno en casa, yo sigo con mi cansancio que arrastro del trabajo a casa y de casa al trabajo y ya que estoy me lo llevo también a recoger a los nenes, al supermercado, al parque y donde quiera que vaya. El tai chi ayuda, pero no hace milagros.
De repente, en un momento friki de la semana pasada me acuerdo de Bárcenas, luego de Bud Spencer. No sé que extraña asociación de ideas me lleva a pensar lo siguiente:
A Bruce Lee le recordaremos siempre por tener una técnica excelente, Bud Spencer le aportó dos movimientos a la lucha que ya quisieran muchos: tortazo lateral con la mano abierta y puñetazo en plan martillo en la cabeza que te clava en el suelo. Bárcenas ha subido el listón demostrando que se puede dejar a un país planchado sólo con unos sobres. A este último, los de su partido tienen prohibido nombrarle. Lo sé porque emulan a los de la película de Shyamalan, El bosque, que decían cosas como: "el color que no se nombra" o "aquellos de los que no hablamos". El PP hace lo mismo. Acabamos con imagenes como la Cospedal diciendo: "la persona de la que usted me habla..." total para luego hacerse un lio con lo del simulacro de contrato para un finiquito en diferido... ¿no es un delito falsear un puesto de trabajo para cotizar mientras no trabajas?, si lo es, debe ser el menor de los males.
En fin, a lo que quiero llegar con todo esto, es que Bud Spencer podría venir y arreglar esto con un par de hóstias, nada me gustaría más que ver a ese hombre poniendoles a todos en su sitio.
Ahora viene lo mejor: Bud Spencer se llama en realidad Carlo Pedersoli y actualmente tiene 83 años. No sé me olvidará su edad porque nació en el 29 como mi padre y eso va muy bien para que me acuerde. Resulta que en su juventud fue campeón de natación y participó en dos juegos olimpicos como waterpolista. Si buscas una foto de su juventud comprobarás lo buenísimo que estaba; era el Johnny Weissmuller italiano.
Hace unos años vimos a Bud Spencer en un anuncio de Bancaja dando sus famosos porrazos porque el cajero no funcionaba. El Tarzán cinematográfico no pudo acabar sus días anunciando nada porque murió de edema pulmonar en el 84. Se había retirado a Acapulco y allí el mundo le vió marchar al viaje eterno. Nunca sabré de dónde sacó mi padre esa leyenda urbana, pero de pequeña, que era fan de las películas de Tarzán, me dijo que el pobre acabó loco en un manicomio creyendo ser el personaje y lanzando su famoso grito desde su habitación volviendo locas a las enfermeras. He vivido esa mentira, hasta que google, wikipedia y otras informaciones de dudosa procedencia me han abierto los ojos. No somos nadie.
De Bárcenas no se puede decir ninguna proeza similar, ni ha destacado como artista, ni como deportista, ni como nada que no sea por hacer de un conocido embutido de rojo color su apodo más común. Del Papa, si pienso en alguna proeza o algo destacable, sólo se me ocurre destacar con que rapidez borró el Vaticano su pasado en las juventudes hitlerianas de un plumazo y aquí no ha pasado nada. Definitivamente, sigo siendo fan de Bud Spencer.
¡Ya ves! casi un mes sin escribirte y la alternativa que tengo si quiero evitar hablarte de médicos es contarte cosas que no tienen más importancia que mi extraño dolor en los muslos o en las yemas de mis dedos, pero que son más entretenidas y que si te da por buscar imagenes en internet, te aseguro que sales ganando si elijes Carlo Pedersoli, o Johnny weissmuller antes que dolor muscular, por ejemplo que te sale un señor al que le estan haciendo acupuntura pero que parece Hellraiser y da un poco de grima.
Un beso de marzo!
Esteruqui