domingo, 6 de noviembre de 2011

Consejos para vivir mejor

Amamantisima (¿como si no? con esas tetazas),
Mi padre sufre un trastorno de irritabilidad con todos nosotros cuando se tiene que vestir para ir al funeral de algún amigo o conocido del pueblo. Mi madre lo llama "síndrome del anciano acorralado". Vas viendo que los de tu entorno se van al otro mundo y te entra ansiedad por saber que tienes menos cola delante para el festín de los gusanos. Yo mismo si lo pienso -desparecidos los abuelos- tengo tres familiares directos por delante para hacerme un sitio en la fosa de los Cerdá & Vila en el cementerio de Algaida. La he visto. La fosa. Buf. Se hunde unos tres metros y a cada lado hay literas de piedra, unas seis en total, que se clausuran herméticamente con una losa y cemento cuando se mete un ataúd durante cinco años. Pasado ese tiempo y parar hacer sitio a los que vendrán se abre y se sacan los huesos para tirarlos en un osario que está abajo del todo, en una especie de tetris siniestro de clavículas, cráneos... Mi primo Joan me señalaba con esa frialdad de militar curtido en mil batallas (que las sigue habiendo: Bosnia-Herzegovina, Cuerno de África,...) la cabeza sin pellejo de mi abuelita María, las extremidades inferiores de mi abuelo Cristóbal a los pies (nunca mejor dicho) de las superiores del díscolo tío Miguel,... no somos nada y menos en un osario.
En estas cábalas no he tenido en cuenta que entre generación y generación hay por lo menos veinte años de disfrute de la vida y de apariciones de nuevas dolencias (para que nos vamos a engañar). Sobre esto último y con mucho cariño para tu padre y los míos, te mando unos cuantos consejos para vivir muchos años:
- No atiborrarles de vitaminas y sustentos. Un exceso de vitamina A aumenta la pérdida de conciencia por el aumento de la presión en el interior del cráneo. A ti a veces se te queda como drogado viendo la tele. Ya sabes el motivo. Un exceso de vitamina E aumenta el riesgo de infarto de miocardio o el nada fotogénico ictus. La vitamina C en demasía provoca nauseas, diarreas, litiasis renales... dolencias que también hasta ahora achacabas a la televisión.  Por el contrario este medio les mantiene distraídos y no se dan cuenta de que no les has llamado. Incluso les molesta que tu cuñada les llame siempre cuando llega del trabajo y ellos están con "Amar en tiempos revueltos".
- Higiene la justa. Un amigo se afeitó el ano, se le reventó un condiloma y se infestó todo hasta tener que operarse. Un desastre. ¿Cuantos granos y pelos aparecen en personas de la tercera edad donde nunca se pensaba que tenían que salir? No toques nada. La naturaleza tiene alzhéimer a partir de ciertas edades.
- Médicos pocos. A una señora le diagnosticaron menopausia y gases y su dolencia era embarazo. ¿Sigo?
Además, seriáis capaces de hacerles recorrer kilómetros y kilómetros (que es donde están ahora los servicios de urgencias de los CAPs) en un estado en que sin duda lo que necesitan es reposo y los mimos de ese botiquín que todos tenemos en casa cargadito de medicamentos genéricos (= que sirven para todo).
Quizás tú en alimentación y deporte puedas ayudarme, ahora que has vuelto al gimnasio y comes con moderación. ¿Son realmente nefastas ambas cosas?
Ah, los años. Son como bolsas de basura en casas de abuelas con síndrome de Diógenes.  Se acumulan, se acumulan y no sabes bien qué hacer con ellos.

Tuyo sin ser amamantisimo (porque eres una mujer casada) pero con sueños eróticos de amamantisidad,
Johnny