viernes, 20 de junio de 2014

¿Irán a Mallorca?

Querido pañuelito gitano que corrobora la virginidad de los cónguges en una boda gay,
me doy cuenta de la ligereza con la que he actuado; te agradezco que me recuerdes que decir todas esas verdades me pueden llevar a la cárcel y a ti conmigo pero seria conveniente que no metieras el dedo en la llaga y a mis sutilísimos "abocar al Rey a escapadas oscuras sin guardaespaldas y a trasiegos de amigas íntimas" o "esposa de típico peinado en el que se podría esconder una plancha ", casi fan-monárquicos,  te refieras con espantosas frases tipo "el rey es un putero", "la reina lleva un peinado ideal para ocultar los cuernos". 
Casi que agradecería más  que dejásemos el tema. Que miedo. Más ahora cuando está en la cuerda floja que Felipe, Leticia y las niñas vayan de veraneo a la isla de la calma. Para mi que a la Leti le tira más irse a Cangas de Onís a ponerse tibia de fabada, que esta chica no come nada bien en la capital del Reino y está con la cara abducida, el cuerpo tubo aspiradora, triste de solemnidad y resentida con el cocido porque da más gases sin cuajar los sabores (por esa manía de servirse cada ingrediente por separado).
Si no van, que sepan que pierden el disfrute del Palacio de Marivent, que se cedió al Jefe del Estado en exclusiva y para su uso continuado en el tiempo. Si va el Rey padre no vale. ¿Irá con Sofía o a partir de ahora cada uno va por libre? Este hombre tampoco está para quedarse sólo. Y si se lo llevan a Cangas, que tengan en cuenta que allí hay mucha cuesta por eso de los Picos de Europa.
Yo, pase lo que pase, sigo fiel a Mallorca y he estado allí unos días intensos de familia, amigo y playa; dije amigo porque acabé tan agotado de reuniones familiares, que suspendí una quedada y ni intenté ver a otros a los que les tenía ganas.
Con mi amigo vi el Chile- España, por cierto.
En uno de estos días pasé por al lado de una escuela de idiomas que cerró hace años: Canterbury School y me acordé de que con (principalmente) mi amigo Richi y mi amigo Manu de vez en cuando, con 13 o 14 años, ibamos a preguntar sobre las matriculas a los cursos, la calidad de los docentes, horarios,... todo empapado de reiteraciones farragosas, incisos absurdos y chorradas indescifrables. 
Éramos unos bichos y alguna vez me llevé una ostia bien dada por ello. 
La víctima a la que teníamos más cariño era un señor mayor que regentaba él sólo una papelería y que tenía más paciencia que la ecuatoriana que entrevistaron en Telemadrid y que se plantó al alba en la plaza de la Cibeles para ver pasar la comitiva real. Entrábamos poniendo vocecitas de niños pequeños y uno (que creo que rotaba) hacía de hermano mayor o papá. "¡¡Tio Caver, Tio Caver!!" haciendo referencia a las ojeras perpetuas del señor y a lo cavernoso del lugar. "¿Poz qué esta cadtulina ez rosa y ezta ez vedde? Mi mamá dice que rosa ez de niña y vedde éz de Diana, la lagarta de Uve"
Perdí la pista de estos amigos y sólo porque me hicieran de memoria externa los buscaría en facebook. Ahora me he desinflado. También me ha frenado recordar algunas experiencias extrañas de reencuentros como el que tu viviste.
Después de aquella época dorada del gamberrismo, me convertí en el empollón de la clase y quizás no me guste hurgar en apodos crueles, anécdotas que creía olvidadas o simplemente que no me quiero ver cenando con un montón de desconocidos a los que rendir cuentas.
En qué montañas rusas se convierten nuestras vidas: con 3-4 años, un bicho; con 8-9 el más tímido de la clase; 13-14, ya viste; 16-17, Mr Hyde; después en Madrid, delegado de clase (aqui esquizofrénico porque sacaba notazas y me apuntaba a todos los saraos); los primeros años de la carrera no me vieron por clase y en los últimos si faltaba me flagelaba; el erasmus en Roma, caída en picado del Dragon Khan y remontada supina en sentimiento del deber en los últimos años, después de pasar por varios años de artisteo y afters y una espiritual excedencia sabática en Grecia.  
Dice Juan carlos I que hay que dar paso a las nuevas generaciones. Felipe, un año mayor que yo, no estaba mucho más centrado cuando coincidimos en los cursos de vela en la escuela Calanova o cuando se escapaba a la discoteca Tito´s de Palma. Que miedo. En dos días, la República. Temblad, Instituciones.
Tu dulce bi-polar.
XX