Hola trocito de cielo
bañado en crema pastelera…
Llevo una semana
griposita y con fiebre, he ido degenerando a ser con tos y mocos pero no soy
tan desconsiderada, no te voy a hablar de lo verdes y espesas que son mis
secreciones porque sé que eres aprensivo con estas cosas. El caso es que parece
mentira como un microbio minúsculo, un virus más chiquitín que un pitufo, un bichito
que cual ninja silencioso, se apodera de ti y te deja como si hubieras ido
al Everest corriendo detrás de Killian Jornet pero sin el entreno de antes, pueda coexistir con nosotros y que sigamos aquí sin estar al borde de la extinción. Muy
mal. Tengo el cuerpo malamente que dirían algunas abuelas entrañables a lo
Cándida. ¿Y todo por qué? Porque existen los virus… ¡ya está bien! Eso antes no
pasaba. Te lo digo en serio y a las pruebas me remito.
Antes jugábamos en
parques llenos de clavos oxidados, con toboganes de madera llenos de astillas y
no te pasaba nada. Los virus no iban a los parques y eso podría ser porque el
aire libre les mata. Me parece bien. ¿Qué pasa con las cosas envueltas? Antes
el muñeco del pastelito estaba sin envolver, directamente incrustado en el
pastelito. Algún operario sin guantes lo había metido ahí y tú te limitabas a
chuparlo hasta quitarle todo el chocolate de los recovecos y luego te comías el
pastelito propiamente. Como el muñeco tuviera muchos relieves en plan pelos en
el cuerpo a lo Oso Yoggi, podías estar rechupeteando toda la tarde para dejar
la figurita impecable y ya no te quedaban ganas de comerte el pastelito en
cuestión.
Luego les dio por
envolver los cromos y aquello era un desastre. El papel iba absorbiendo aceite
del pastelito y al final el cromo estaba mojado, si lo piensas no iba mal, era
una manera como otra de quitarle grasa saturada a tu merienda, pero es igual,
si te pillaba en el parque, chupabas el cromo para limpiarlo un poco y ya
recuperabas la grasa perdida.
En esa época como
mucho cogías anginas, pero ¿gripazos víricos? De eso nada.
Ahora los parques
tienen toboganes de metro cincuenta con el suelo acolchado y como no vigiles
los niños se abren la cabeza y hay que darle puntos. Antes las calabazas de
hierro eran de tres metros sobre suelo de arena y el drama más grande era que te rascabas la
rodilla.
Sí, sé que estas
pensando que parezco una vieja refunfuñona que sale otra vez con el cuento de
que antes estábamos mejor y ni de lejos. No volvería a ese antes que algunos
insisten en no dejar marchar ni borracha, pero perder una semana de mi tiempo
poniéndome mala cuando la semana que viene mi hijo cumplirá 10 años es algo que
no llevo bien. Si… ¡10 años siendo madre! Yo tampoco me explico cómo es posible
(sé que estas contando años y no te salen la cuentas, soy muy joven) pero que
se le va hacer. ¿Acaso puedo quejarme? No. Radicalmente no. Mi hijo está
leyendo por voluntad propia La odisea, y no una versión en cómic o una
adaptación para niños, está leyendo la versión gordota. Cada día un ratito. Le
gustan los museos, la historia, los animales, y aun así tiene tiempo para el
frikysmo y le gusta Hora de Aventuras
e Historias Corrientes, unos dibujos animados que son la imaginación
al poder con libertad absoluta… Nos reímos mucho juntos. No creo que pueda
decir más. Anna de momento apunta maneras con todo lo relacionado con el lado
friky de la vida y se divierte cantando, bailando y disfrazándose de lo que
sea, pero aún no sé bien que le llama la atención del todo, sigue en la fase experimental.
Y si. Tal vez Hora de
Aventuras son unos dibujos raros pero en el fondo están en la línea de todos:
La amistad ante todo, ayudar a los demás es bueno y viajar y conocer gente te
hace más abierto y culto. Puede parecer que lo de ser frikys lo han sacado de
mi, pero no voy a negarte tu parte de culpa pues Oriol se pasó mucho tiempo
cantando por casa tu súper éxito: “la silla loca, la mesa loca” y quiero dejar
claro que ambos siguen cantando “Teléfoname” cada vez que vamos en coche. Te
dejo el enlace de una de las canciones de la serie para que veas por dónde van
los tiros y en nuestro próximo encuentro entiendas de que te hablan. Insito, los
virus antes no existian.
Tu Princesa Chicle,
Esteruqui
Dadadada te voy a enterrar
ResponderEliminardadadadada con mi balada infernal
si te cojo te muerdo te chupo me quedo el rojo de tu piel........
Un poco freaky si és la canción...
ResponderEliminarMuñecos incrustados en los pastelitos, mmmm que recuerdos.
Pues yo sí quiero volver a eso. Estoy harto de cosas asépticas y juguetes homologados que cuestan 10 veces más que los otros.
Quiero niños que jueguen con piedras y palos, que se suban a los árboles y busquen gusanos en el barro. Niños que usen la imaginación para jugar y que no digan que se aburren (señal de que pasan demasiado tiempo con sus padres y poco con sus amigos) porque no saben jugar si no tienen cual o tal juguete. Si no tienes juguetes usas lo que tengas a mano, y la imaginación al poder. Que estamos criando una generación de pazguatos.
He dicho.
Ja, ja ja,
Besotes