viernes, 1 de enero de 2016

Diciembre loco, 2016 prometedor

¿Cómo está mi muñeca hinchable con labios carnosos y curvas sexys? La deje en tu casa y me da miedo que la encuentren tus niños. Espero poder recogerla en nuestro próximo encuentro. Reminiscencias de mi pasado hetero. ¿Y tú, como estás? ¿Tus hematomas asalvajados? Espero que no te hayan dado mucho susto los doctores después de tus analíticas. Ya me contarás.
Esta vez he sido yo el que me he columpiado en escribirte y ahora a ver como te sintetizo un mes tan loco como diciembre.
Empezó con mi escapada de seis dias a Chipre. De las semillas de ese viaje espero que haya frutos en 2016.
La isla en sí es algo decepcionante. Paisajes monotonos de montañas amarillas y matojo polvoriento y zonas turísticas desiertas hasta dar miedo. Algunos pueblecitos cuquis de montaña, alguna playa, la zona montañosa (¡ y arbolada!) de Troodos y Nicosia salvan "los muebles" del viaje. Esta ciudad es sorprendente. En 1956 se dividió en dos sectores tras los choques entre greco-chipriotas y turco-chipriotas y ahí sigue partida en dos. Desde 1974 la isla entera está partida en dos. Me hubiese gustado conocer la parte turca pero mi coche de alquiler se convertia en una potencial "bomba" allí ya que en ese Estado no reconocido por nación alguna los seguros de accidentes no valen.  Sólo atravese a pie la frontera en Nicosia y realmente flipé. Lo más sorprendente: la Catedral Gótica convertida en Gran Mezquita. Imaginate que la catedral de Palma tuviera dos pegotes de minaretes altísimos a  ambos lados y que todo su interior se hubiera vaciado, pintado de blanco, amoquetado el suelo y como única decoración tuviera salmos del corán en grandes paneles. Lo mismo con la iglesia de Santa Catalina y tantas otras. La zona de nadie también es asombrosa. Parece que se hubiera detenido el tiempo en esas casas ahora abandonadas que marcan los límites. Un salón de billares repleto de polvo, las mesas todavía con los vasos y botellas, hojarasca, vegetación invasora, escombros y habitaciones exhibiendo una intimidad mortecina sin alguno de sus muros, bidones a modo de frontera y garitas desvencijadas con soldados aburridos y letreros inmensos de `no fotografiar´.
El transfer aéreo lo hice en Atenas y después de once años volví a pasear por el barrio de Monastiraki, el de Plaka y me emocioné rodeando la Acrópolis y su Partenón. Tantos recuerdos arremolinados alrededor de esa montaña, de esa ciudad. Me hablabas de que no hace falta guardar en la memoria los momentos malos pero bien cierto es que es muy gratificante refrescar los buenos. Y útil. Somos quienes somos porque acumulamos tantas experiencias vividas y eso nos hace inmensa e intagiblemente ricos.
La última quincena de diciembre ha estado plagada de ensayos para estrenar los Pastorets. Inés, una amiga con la que voy a patinar los miércoles, nos ha enredado a todos. A mi vecino Andrés, que ha hecho de "ferrer Magí", a David, que ha hecho de `Llucifer´y a mi, de Arcángel Gabriel. El mismo día del estreno todavía se discutía porque alguien se había saltado frases y los silencios incómodos brillaban por su presencia. La única función que salió realmente bien fue la real con público, tanto actoral como técnicamente. Increíble, Ester.
Aparte hemos empezado con los ensayos de la coreografía de mi comparsa de Carnaval. De este divertido y caótico embrollo seguro que tendremos oportunidad de hablar en próximos e mails. Por ahora el Secreto Mejor Guardado es nuestro disfraz y la performance musical que lo acompaña. Todo muy mamarracho, avanzo.
El último embolado del Año fue el que te conté por teléfono cuando te llamé para felicitarte por tu cumple el 31-12. Micrófono en mano hice de speaker en el piano bar anexo al salón restaurante donde nos juntamos los cincuenta compañeros de trabajo de la zona del Garraf. Los lié para grabarles en video cantando villancicos que iban degenerando  a base de pelucas y otros atrezzos en un sainete que ha quedado muy gracioso y inevitable ya para la posteridad.
A las Navidades-Navidades hemos llegado sin fuerzas David y yo pero por suerte en su pueblo las madres tenían todos los temas culinarios organizados y nosotros nos limitamos a sacar el Party & Company el dia 25 (por cierto, que panda de tramposos los primos y cuñados de mi marido. Una tarde divertida y surrealista, en fin).
Fin de Año también estaba organizado en casa de unos amigos de Sitges y la noche se ha alargado por varios tugurios hasta las 7 a.m. Hoy te escribo resacoso pero contento de todo lo anterior y con muchas esperanzas en el futuro inmediato. No sé si tanta aventura y desventura dará para un libro de los que escribirá Ana, nuestra jóven promesa de la literatura, pero lo que es seguro es que dió y dará para una docena de cartas como esta que te escribo.
Tu resto de amigo,

Johnny