sábado, 31 de diciembre de 2011

Balance

Mi beauty cream wash of Vallès Oriental,
¡Cuanta razón tienes! ¡Qué mal sabor de boca nos deja este 2011! ¡Cuanto chorizo (¡de todos los colores políticos!)  y ¡Cuanto mangante advenedizo! (aquí, sobre Urdangarín me preocupa la conversación que tuvo con el Rey cuando éste le reprochó sus tejemanejes y que -no sé cómo- ha llegado a la prensa: algo así como "¡Qué pasa! Aquí todos podéis hacer lo que os da la gana, ¿y yo no?" Estoy seguro que hay mucha mierda que esconder en las cloacas de palacio. Y todo, -rememorando aquel e mail mío- me da muuucho miedo).
Pero como no quiero acabar con mal sabor de boca y peor mala leche, he recapacitado sobre las cosas divertidas o interesantes que nos ha dejado el 2011 tanto a nivel general como a nivel personal. A modo de regalo de cumpleaños desde la distancia.
Este año nos ha dejado la primavera árabe; yo he estado en Túnez, plagadas sus ciudades de fotos del dictador; también hace más tiempo en un Egipto impregnado de loas a Mubarak: todo esto ya es historia. También lo es el dantesco final de Gadafi.  Y el imprevisible final exprés de Bin Laden. Historia por hacer con el final de ETA. La Esperanza de manos de los Indignados.
Más cerca, tu décimo aniversario, video incluido, mis dos primeras bodas gays, un montón de excursiones con panteres grogues, a pie, en bici; buenos libros como "El ultimo judío", "Maldito Karma", "Reacciona",... en teatro: "Días estupendos" de Alfredo Sanzol y representar a este autor (junto a mi pequeña aportación como autor con "Esdeveniment") en la Sala Muntaner. Sustituir a Tomas en "La importància de ser Frank" de Oscar Wilde en el mismo teatro también fue un lujo y que haciendo bolos en Calafell nos gritaran "¡Maricones!": se aprende mucho de las coces; clases de Historia del Cine - ¡mágica "Lirios Rotos"!-; noches locas, Luis Eduardo Aute en Arteria Paral.lel -lucidísimo-, buena honda en el trabajo - como no, si estoy sólo- , cambio de casa en Barcelona,  ruta por Calabria y Basilicata en agosto y fin de año sorpresa en Dusseldorf.
Faltaría un anecdotario del Año. De esos que te sacan la mejor de tus sonrisas; pero no quiero empalagarte ahora. A la vuelta busco en esa memoria infalible que es mi diario. Ahora sólo me queda desearos a todos lo mejor para este 2012. Como despedida, te transcribo el último mensaje de felicitación que me ha llegado (no por ser el último - cinco días de retraso-, sino por "cachondo"):
"Feliz natal y feliz cumple. Espero que te llegara mi mensaje telepático el día de Navidad, últimamente estoy desarrollando esa faceta, aunque no siempre me encuentro con receptores cualificados".
I love you, darlingnita.
Johnny
 

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