domingo, 5 de octubre de 2014

Otoño Cata...liente

Diferentes reacciones a la propuesta de Independencia y a la suspensión cautelar del tribunal Constitucional. Otoño Cata...liente.
Querida pústula de fresa y almibar de jenjibre, que sepas que me das mucha envidia con ese pedazo viaje que te has pegado. No conozco San Giminano, ni Volterra, ni Arezzo (aqui coincidimos) y vomité todo y más (es una metáfora rollo Mal de Stendhal) con Florencia, Pisa y Siena. Italia sería el país más maravilloso para vivir si no existiera el imperio mediático de Berlusconi. En ese sentido no les envidio nada. 
Por estos lares trabajé la segunda quincena de agosto. Un finde me fui con un amigo, Alex, en tren de Sitges a L´Ametlla de Mar y caminando por la costa hasta L´Hospitalet de l´Infant. No sé en que momento de esa guapísima excursión perdí los pantalones. No sabría muy bien explicarlo pero no es lo que parece. Bochornosos el viaje de vuelta en tren. Imagina. Evitable también el tramo por las vias del tren junto a la central nuclear de Vandellós. Aparte del temor a efectos secundarios como los que padecen los de las fotos, estaba el que en si en algún momento hubiera pasado un tren, entre las montañicas, lo habríamos pasado mal.
Los fuegos artificiales de San Bartolomé no defraudaron. Ese día, una partida de mini golf con Fran, Valle y otros amigos tampoco aunque los mosquitos se cebaran con nosotros. Gané pero ya ni me acuerdo. David estaba esos días en Santorini y vino, como siempre que se vuelve de ahí, con una paz interior y una felicidad indisimulada, que daban ganas de darle un aproach (golpe de aproximación)  y, de regalo, un backspin (la bola, llámese puñetazo, impacta en el green y regresa en sentido opuesto).
En septiembre hemos ido al molino (en Solsona) de los primos de David con Josep, Dani y unas amigas y respiramos un poco de naturaleza pero principalmente comimos y bebimos; lo mismo nos pasó en la boda de Pili y excatamente lo mismo en Mallorca el fin de semana pasado. De la boda contarte que el speech gustó mucho, tanto que el fotógrafo se empeñaba en que nos dedicaramos profesionalmente a eso; la verdad es que no sé si saldría igual para unos desconocidos; habíamos buscado información de la infancia de los novios y había momentos cargados de mucha emoción; difícil repetir eso; el novio estaba hecho un flan y a mi se me escapó en algún momento la lagrimita; después les sorprendimos con un cuadro flamenco, pero no un cuadro pintado al oleo sino dos bailarines y dos bailarinas de flamenco moderno, con una gracia y una sincronización, que ni las chicas de Anna Tarrés (antes de despellejarla viva).
Antes de coger el avión destino mi islita querida tuve comida con los del curro: gambas y sardinas (que es como mezclar pelucas y partituras) y acabamos medio trompas intentando hacer un castell humano en el césped. Yo iba con una gorra de Seguros de mi banco gritando que la sangre anxeneta corría por mis venas. Ni que decir tiene que nos caímos todos y que cualquier mamarrachez que hagas ahora te la graban y te persigue hasta que montas un pitote como el del Derecho al Olvido con Google.
A ver si te escribo con más frecuencia porque con tanto lapso de tiempo me dedico a la crónica de las pequeñas cosas que me han hecho reir o llorar en el día a día y no me puedo parar a filosofear sobre a dónde vamos, quienes somos y por qué tu estómago es tan voluble y puñetero.
Hablando de visceras, ya sabrás que por aquí está en su apogeo el Festival de Cine Fantástico. Si valen la pena las peliculas que veremos te haré cinco céntimos (¿se traduce igual, no?).
Te recomiendo, por cierto, la nueva web de mi amigo Lluis Centelles  y otros sobre Cine: recién horneada, se llama El cine desde la cuna (www.elcinedesdelacuna.com). Les deseo lo mejor en su nueva  aventura.
El próximo fin de semana nos vamos al Segundo Congreso Extraterrestre y temo que será inevitable que no te haga unos cinco céntimos más.
La verdad es que ya están todos los fines de semana cogidos hasta Navidad. Ya sé que es estresante, pero no te das cuenta y te metes en un embolado detrás de otro y sin quererlo ni beberlo, ya no estás en este mundo y al menos te queda la esperanza de llevar una vida más despreocupada, veleta, en tu etapa zombie.
Cuidate muchito
 ¡Muacs!