jueves, 16 de junio de 2011

¿Qué puente ni que puenta?

Hola bomboncito de turrón,

Ya entiendo que tu deseo de que tenga buen puente es sincero y que lo deseas de verdad, pero créeme, nada más lejos de la realidad.
El sábado por la mañana, en un ataque de limpieza profunda, me dispuse a dejar la cocina como si nunca nadie la hubiera usado. Lo limpié todo (incluso detrás de la nevera, y el lavavajillas) y cuando estaba intentando dejar impoluta la parte posterior del radiador, la bayeta se quedó atrapada en ese punto sin retorno imposible de alcanzar. Suerte que me llamó Miriam por teléfono y, como siempre tiene soluciones para todo, me sugirió que la sacase con las pinzas de girar la carne. Dicho y hecho. Sin dejar de hablar con ella liberé a la bayeta y pude rematar mi faena. Buena soy yo también. Que ahora mismo viene el Chef Ramsay a mi cocina y me da un certificado de excelencia porque limpia, brilla y da esplendor.
No contenta con eso, le di un repaso a la casa de esos que hacen historia. Hoy jueves, ya sólo es una anécdota, pero hubo un tiempo durante estos días, que en mi casa reinó el orden (ese que es tan difícil encontrar desde que están los nenes).
El domingo no fue mejor, fui a por una cerveza fresquita, que no es incompatible con ver a mis hijos bañarse en la piscina de plástico que les he puesto en el patio y ¡zas! Me quedé con el tirador de la nevera en la mano (ya hacía tiempo que amenazaba con romperse, pero en domingo no es normal, debería ser más considerado). Entonces Toni me miró con esa serenidad que le caracteriza y me dijo: “Hace días que esta así, ya he pedido uno de recambio por internet”. En ese momento le quise tanto que me emocioné y todo, volví a abrir la nevera y le ofrecí una Coca cola (sigo sin entender que le ve ¡si no tiene Martini!).
Luego pase la tarde viendo como los niños entraban y salían de su pequeño paraíso hinchable. Intenté leer, pero es imposible, no me concentro con tanto ruido a mí alrededor.
El lunes siguió en la línea del fin de semana, si tocábamos algo se rompía y si no tocábamos nada el calor nos saturaba. Finalmente tocamos el coche, quisimos ir a la montaña y el radiador dijo que hasta ahí hemos llegado. Estamos a la espera de presupuesto.
Y nada más. Espero que tu puente haya valido la pena porque el mío es de esos en los que deseas tener amnesia selectiva o la opción “eliminar este archivo”.
¡Besitos amorcito!
Esteruqui