miércoles, 19 de octubre de 2011

Camisetas y bolitas.

¡Mi dulce y delicioso café con crema de avellana y leche vaporizada!
Que sepas que este último consejo tuyo supera el de: “nena deja de beber Martini que te está haciendo gracia el mismo chiste todo el rato”.
No sé que es más triste: que seas tú y no yo quién pueda disfrutar del Festival de Sitges, o que pudiendo disfrutarlo, te dediques a ver las cutres que ponen por la tarde y no vayas a ver “Mientras duermes".
Tú vida es un festival de cine mientras la mía es un ir  y venir de trabajo que se va atrasando porque priorizo otras cosas que ya van tarde también.
Por fin he dado el paso y me he comprometido con el gimnasio. Desde hace dos semanas voy cada día. Empiezo a no tener agujetas y supongo que eso es bueno. Sólo espero que el resultado sea el que me han dicho los médicos que me han asegurado que si pongo mi musculatura fuerte, fuerte para que sea una faja natural para mis huesos, con el tiempo dejaré de tener dolor y podré dejar de tomar antiinflamatorios. Empiezo ser una de esas precuarentonas que siempre llevan medicamentos en el bolso y eso no me gusta
En fin, dejando dolores a parte, voy a comentarte algo sobre el nuevo blog de Miriam. Ha publicado sus trabajillos y cómo tú tienes tantos amigos he pensado que igual acabas encontrando comprador. Ella hace desde puntos de libro personalizados para mi Club de lectura a muñecas guarda vibradores que son muy chulas, pasando por camisetas. Ahí te lo dejo:  ¿Que pinta La Llebre? quepintallebre.blogspot.com
Otra cosa. No te lo vas a creer pero hoy con mis compis de trabajo, no sé si porque estamos ovulando, nos ha dado por hablar de nuestros compañeros sexuales no animados. Cada una ha ido aportando sus cositas, que si yo tengo uno que vibra, que si yo soy más de anillito, a mi me mola disfrazarme… ya sabes, típica conversación de hora de comer en el curro. Alguien, a quién voy a mantener en el anonimato, ha contado que una vez uso unas bolas chinas, supuestamente eran para endurecer el suelo pélvico y se debían llevar un rato, pero se puso a limpiar la casa y se le olvidó que las llevaba puestas, así que unas ocho horas más tarde su marido le preguntó qué tal, y se acordó que aún seguían allí. Se quedó blanca. Intentó tirar del hilo pero estaban muy bien aposentadas. Su marido le decía que debía relajarse y que seguro que saldrían con facilidad. Como no lograba relajarse por más que tiraba del hilo ahí estaban ancladas. Llegó a temer que si seguía tirando el hilo se rompería y tendrían que acudir al hospital, a lo que ella sin vacilar dijo: “Toni, de esta te quedas viudo pero yo no pienso ser la protagonista de la leyenda urbana de la chica que se quedó con la bolas chinas puestas dentro para siempre”… ¡uy he dicho Toni!. Vale me pasó a mí, pero siempre lo cuento como si le hubiera pasado a otra porque no quiero que esto se haga público. Jajajaja ¡tenias que verme! ¡Cuando salió estaba tan viscosito que parecía una trucha!.
Bueno no te entretengo más. Sigue siendo mi media zariguella en la distancia y yo seguiré aquí, esperando tu email.
¡Un besito!
Esteruqui