domingo, 22 de enero de 2012

Tigres, Leones, todos quieren ser los campeones....

Mi deliciosa cebollita en salsa romesco,
Seguramente un mail al día siguiente de vernos no sea necesario, pero es que el tiempo siempre pasa volando cuando nos encontramos y quedan un montón de temas abiertos en el aire y pendientes de ser cerrados.
Ahí es nada una fiesta que empieza con Tomás poniendo un pedazo de cubata de ron en mi mano.  Es una lástima que no pudiéramos ir al museo Bacardi  con vosotros, pero admitirás que llegar en el colofón tuvo su recompensa en mi caso, que sin pegar ni chapa, ya me vi bebiendo semejante virguería.
En el restaurante,  al margen de lo que pudieran pensar los de las mesas de al lado y alguna broma fuera de tono por parte de algún invitado, Toni y yo nos lo pasamos estupendamente.
Voy a dejarte claro que sigo sin entender la dinámica del juego y mucho menos que relación guardaba con los Tigres y Leones de Torrebruno, pero puedo asegurarte que lo pasé en grande intentando comprender qué teníamos que hacer cada vez que se leía en voz alta una prueba.
Hacía tiempo que nadie intentaba ligar con Toni así que volvió a casa con el ego en el sobreático de la autoestima y súper feliz  “aún tengo mi punto” me decía en el coche. Yo también era feliz, porque las cosas como son, a todas nos apetece de vez en cuando sentirnos dueñas del objeto de deseo  y yo tuve esa sensación de “si, si, tu sigue flipando, que yo sé que me quiere a mi”. Bueno a todas no sé, a mi me encantó  ja ja ja.  Con Pili al lado me lo pasé genial, hay que ver que rápido conectamos, yo creo que nos suben a un escenario y nos ponen un par de micros y montamos un show de los que dan que hablar durante mucho tiempo. Eso sí, os hubiéramos destripado sin piedad en nombre del humor. Xavi quiso salvar a Concha de la silla asesina, pero como tenía las manos manchadas por los calçots la sujetó magistralmente con el codo. Yo no tuve tanta suerte y cuando me tocó el turno Josep no pudo reaccionar a tiempo y a puntito estuve de romperme el coxis.  Hemos aprendido que no se puede poner la chaqueta y el bolso en sillas que pesan poco...
Hoy para compensar tanta diversión loca, hemos ido con los nenes a cultivarnos un poco en el Museu Blau, el museo de ciencias naturales de Barcelona. Tenias que verlos alucinando, con los fósiles, las piedras y los bichos disecados… Anna ha salido gritando: “¡Mañana volvemos, mañana volvemos!”  Y Oriol “¡y el martes también volvemos que esto es muy guay!”… una señora nos ha mirado  y leído el cartel de la puerta. Nos ha vuelto a mirar y de nuevo a mirado la puerta, cómo para estar segura de que salíamos del museo y no del Cirque du Soleil, que lo tienen puesto al ladito.
Esteruqui