Mi delicioso
pastel ruso que se puede congelar y descongelar tantas veces como quieras y
consumirlo sin miedo,
Poco tengo que
añadir a tu resumen de nuestro finde especial en los alrededores del Matarraña,
tal vez recordarte que la banda sonora de ese viaje es inevitablemente
Telefóname, esa canción de Ossifar que nos hiciste descubrir. Ese grupo de tu
Mallorca querida y del que ya somos más fans que de las Quelitas y el Lacao;
mis hijos y yo la tarareamos todo el rato y nos parece lo más.
Después de
ese paréntesis la rutina volvió tan brutal como siempre con su realidad obtusa,
que poco tiene que ver con una lluvia que no permite ver con comodidad Alcañiz,
pero te permite disfrutar sin salir del coche, la versión barata del bus
turístico, rutina mala ¡mala!
Todo se
acaba y lo bueno siempre es lo primero en desaparecer. Nos queda el ir a
trabajar, el colegio, las meriendas, los entrenos de balonmano, el curso de
natación, la compra, que no se me olvide que Oriol necesita calcetines, la hora
en el endocrino acordada desde hace un mes, la visita al dermatólogo… lo normal
del día a día.
Mi sobrina
Laia (la hija de la Cuñadísima, esa que se quedó con los nenes para que Toni
pudiera venir a tu fiesta a que el primo de David le tire los trastos mientras
yo me sentía mimada y atendida, por Ramón, Javi y Josep) el paréntesis es tan
largo que ya no sé qué te decía… ¡ah sí! Que Laia, ha decido repartir ya parte
de su herencia y le ha regalado a Anna sus Princesas Disney y alguna Barbie de
dudosa reputación. Laia ya está en otras cosas y eso le parece infantil, no hay
mejor sucesora para algo así que mi hija, que con un bolso y unos tacones es
más feliz que un pitufo hasta las cejas de zarzaparrilla.
Para Anna
las princesas son para meterlas en la bañera y la verdad es que Jasmine, con el
pelo enmarañado, el moño encrespado y la raya del ojo tan marcada es más Amy
Winehouse que una princesa, eso sí, casi te diría que la veo más molona.
Por lo
demás, todo igual. Aunque para que no se diga que todo son prisas, el jueves
pasado tuve reunión de Club de lectura y salí casi flotando. Habíamos leído La nieta del Sr. Linh, de Philippe Claudel.
Si no lo has leído ya, debes hacerlo lo antes posible. Este libro llega al
alma; utiliza las metáforas y mide cada palabra con tanto amor y con tanta
precisión, que deja sin respiración a menudo. ¡Fíjate! Es una novela corta, se
lee en una o dos tardes y sin embargo te produce en ese tiempo y
posteriormente, más sensaciones que algunos libros que ni con mil páginas han
logrado contar una historia tan grande. Tú léelo y así luego podremos hablar de
él.
Pienso en ti
y en muchas de las cosas de las que hablamos. Pienso en cómo cambia la vida en
poco tiempo, o eso parece, el tiempo siempre es difícil de medir. Hace nada estábamos
tu y yo sobre un escenario haciendo reír a la gente y de repente mi hijo tiene
8 años y tengo una niña de 3 que se ruboriza cuando me habla de un tal Diego de
su clase y sonríe cada vez que pronuncia su nombre.
Toni me dice
que yo estoy igual, pero estoy recopilando fotos para hacer un álbum y sé que eso
es mentira… aunque te diría que creo que estoy mejor.
En fin,
pronto te comentaré mis planes para una nueva salida con vosotros. Tú déjame que
encuentre el sitio y verás que bien.
Besitos de
melocotón de Calanda.
Esteruqui
Viva Amy, que le da cien mil vueltas a Barbie o a Jasmine. Lástima que nos dejara tan pronto... aunque con la vida que llevaba no es de extrañar.
ResponderEliminarEn fin, que viva Amy (en nuestros corazones) y vivan los fines de semana con amigos (con lluvia o sin ella).
Un besazo preciosa.
y tanto que estás mejor! yo no se como estarías pero desde luego que ahora eres dificil de superar! ;) que envidia me "habís" dao con vuestro finde aisssssss petonets!!
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