lunes, 13 de abril de 2015

Tu a San Diego y yo a la montaña.

Mi querídismo muñeco de chocolate con forma de Sagrada Familia (acabada). Tras nuestra cita de aquel domingo en el que acabamos degustando marmitako y no sé qué que te sobró del día anterior y estaba muy rico, pocas cosas han pasado. Básicamente hemos vivido nuestra rutina habitual hasta llegar a la semana santa, ese momento en el que los nenes tenían muchas más horas libres que yo. Mientras vosotros andabais por San Diego (me tenéis que contar el viaje) dejando vuestras “cositas” en la clínica y firmando papeles hasta decir basta, yo andaba porla montaña con algunos compañeros de clase de Anna y sus padres con el pedagógico objetivo de cansar a los niños y que se duerman pronto. Eso me llevó a poder ver una película la noche de viernes santo… era de esperar que la oferta fuera la que fue: Las sandalias del pescador, Ben Hur, La pasión (la de Mel Gibson la de la sangre a lo bestia)… me faltó Barrabás o alguna de estas y la mítica Marcelino Pan y Vino. Yo de pequeña era fan de que hicieran en semana santa El milagro de Covadonga, me da pena ver que se están perdiendo las costumbres.
 ¿Qué más? A Anna el kikboxing la tiene súper enganchada y le encanta ir. Yo por mi parte sigo con el entrenamiento funcional, ya no me duele nada y hace dos meses que no tomo ni un antiinflamatorio, ni un peligroso paracetamol, que antes parecía que era lo más inocuo del mundo y ahora es mortal de necesidad, eso y el ibuprofeno, que al parecer es peor que la aspirina, que se ve que es lo más parecido al Maligno que ha creado Bayer. Con la salud definitivamente nos la meten doblada.El tema es que por fin he encontrado el ejercicio que me identifica, lo siento pero a mi  Batuka, zumba y esos inventos de pseudo- aerobic, como dice me amiga Marta “me sudan el chichi”. Lo siguiente, ya te lo avanzo, es que quiero empezar con el boxeo. Sigo estudiando francés porque este año si todo va bien, volvemos a Francia a pasar una semanita en el Llenguadoc. ¡Y no sé! Ahora mismo no se me ocurre que más contarte… te toca a ti, habéis pasado una semana emocionante y ¡quiero que me la cuentes!
Besitos, Esteruqui