viernes, 6 de julio de 2012

lo que une Woody, que no lo separe un email.

Mi apreciadísimo canapé de tomate con parmesano y orégano,
Como diría Jack el destripador: vayamos por partes.
No sé como mi apreciado amigo que en dos telediarios más se planta en los cincuenta puede afirmar que sólo tengo amigos jóvenes. Cierto es, que luego lo arreglas añadiendo “como tú” pero a estas alturas ya creo que esa coletilla es para que no pueda decir que además de gorda, jornalera llena de humanidad y señoga de pecho gande que vive en un pueblo, me estas llamando vieja.
De acuerdo, tal vez soy yo la que se siente así, pues la semana pasada me regalaron un Iphone 4 y todavía no acabo de entender cómo funciona. Una de las cosas que más me alucina es que puedo descargarme ebooks y leerlos en cualquier sitio y ya me he leído tres relatos de Virginia Wolf y voy por la mitad de Germinal… no me negarás que leer a Zola en un Iphone es como la comunión de lo clásico con lo moderno en su máxima expresión. Estoy como cuando a Oriol le regalaron su primer mecano… no quepo en mi ( y te aseguro que es una expresión, sigo en un peso razonable) .
En cuanto al libro de Woody Allen, he de decirte que ahora mismo no me viene a la cabeza un libro con el que me haya reído más. Sobre todo, con el capitulo que habla de cómo acabar con Bergman y El séptimo sello… IMPRESIONANTE.
La muerte entra a por un pobre hombre y lo primero que suelta es ¡Dios mío por poco me rompo el cuello! ¿Puede darme un poco de agua?
En medio de una conversación absurda entre la Muerte y Nat dicen:
NAT: ¿No podriamos llegar a algun acuerdo?
La Muerte: ¿como cual?
NAT: ¿juega al ajedrez?
La Muerte: No.
NAT: Una vez vi una foto suya jugando al ajedrez.
LA Muerte: No podía ser yo, porque no juego al ajedrez. Tal vez a gin rummy.
NAT: ¿Juega al gin rummy?
La Muerte: ¿Juega Mc Enroe al tenis?
Definitivamente, es uno de los libros con los que más me he reido.... y ahora que lo pienso, igual lo releeo en estas vacaciones. Mientras tanto, seguiré disfrutando de mi vida de pueblo y playa, que la tengo a 20 minutos y de mis hijos gritando de felicidad al libre albedrío luchando con las olas...
Besitos de chocolate...
Esteruqui