martes, 6 de mayo de 2014

Estoy muy mal de lo mío.




Mi querido salteado de verduras con queso brie y un poco de emmental,
¿Cómo estás de lo tuyo?
No sé me ocurre una pregunta mejor después de leer que sólo me cuentas enfermedades y haber hablado contigo en directo en nuestra última reunión y que me cuentes en persona lo mal que estas.

Vale, tal vez dicho así da la impresión que insinúo  que últimamente te quejas mucho. No es así, créeme.  Casi te diría que lo que extraño es que no me cuentes una aventura loca, un viaje, una anécdota teatral, algo que no sea, llevo dos días con dolor en vete tu a saber.
Te paso mi lista y luego sigo.

No salgo de unas anginas para entrar en otras y yo creo que se debe a este tiempo raro que ahora hace calor y ahora llueve…

O las anginas la provocan o es casualidad pero las gastroenteritis también van a pares.

Me ha salido un bultito en la falange del dedo índice como si la artritis de mi padre, en gloria este, quisiera posarse en mi genética.

Me duele el codo. No creo que sea codo de tenista porque no he cogido una raqueta en mi vida.

Estoy harta, pero harta de hacer cardiovascular en casa yo sola delante del ordenador. No puedo más.
Ayer Oriol se puso conmigo un rato y me dijo: "Ya tienes voluntad ya, porque esto es un rollazo y un peñazo” (esta ampliando léxico)
No sé si es consciente de ello pero me hundió en la miseria. Me dejo sola saltando y comprendí lo absurdo de la situación.

Me animaría a correr, como hace todo el mundo, pero no creo que me guste y sólo pensarlo me cansa.

Quitando todo esto, creo que estoy bien. Los nenes lo están seguro. Toni no lo sé, creo que si, pero a veces me cuesta identificar su estado emocional. Es parco en palabras, ya lo sabes. A mi me viene bien, porque así en el tiempo que estamos juntos yo tengo más rato para hablar, pero no todo son ventajas, a veces tienes que indagar bien para saber si le pasa algo.

Este fin de semana hemos ido al Cosmocaixa. A los nenes les encanta ver una y otra vez mecanismos que no entienden. Había una exposición itinerante sobre el mar y en un apartado se habla de la sal por litro cuadrado. Lo bonito es que puedes extraer una gota y probarlo, de esta forma sabes que entre el mar mediterráneo y el del caribe, hay una diferencia de dos gramos de sal por litro de agua ( 36 y 38 creo que eran) y que en el mar muerto la cantidad es de 278 gramos por litro. Definitivamente esa es la que se empeñaban en chupar. Les encantó que al tio que sala los mares se le hubiera ido la mano.

Marta les explico que hay quién dice que el truco de caminar sobre el mar que hizo Jesús, se debía a la gran cantidad de sal que provocaba la imposibilidad de hundirte… yo añadí que un vasco que pasaba por allí descubrió las maravillas de la anchoa simplemente abriendo una sardina y mira lo que ha dado de sí un producto tan sencillo y a la par tan exquisito.
En ambos casos nos miraron sin saber de que hablábamos, por que tal vez debería hablarles de la mitología cristiana mientras degustan unas anchoas con queso o sobre un pimiento rojo estupendo. Algo haré.

En resumen:
¿Cómo estás de lo tuyo? ¿estas mejor? Espero que si.

Un beso con agua de mar.

Esteruqui