miércoles, 22 de febrero de 2012

Miedo y asco en Las Vegas

Mi  adoradísimo medio bollito de crema… ¡como te necesito hoy! Estos días son de no creerse, ya ni siquiera sé hasta dónde ha llegado esta ficción que nos envuelve. Digo ficción, pues me parece extraño que tanta vergüenza ajena, tanta maldad y tanto desazón estén ocupando toda la realidad de nuestro entorno. Ayer pasé la tarde y parte de la madrugada en urgencias con mi padre. Sólo tiene un pulmón y además es asmático, así que un resfriado le hace más daño que una nevada en febrero a un campo de almendros. De entrar en urgencias a las seis de la tarde a salir  a las tres de la madrugada, yo solita, pues mi padre sigue allí. Lo tienen ingresado hasta que el oxigeno en sangre sea el adecuado. Lo peor, las horas de espera, la falta de espacio, el cansancio… lo mejor, la humanidad de los profesionales, que con la que está cayendo, no tuvieron ni una sola mala palabra, al contrario, multiplicaron el espacio, ya inexistente, para poder atender a tanto abuelito apurado por la gripe. Mientras no paraba de ver más atónita que las calaveras de Jesús Moncada como la policía tilda de enemigos a unos estudiantes de secundaria y les apalean, excusándose luego con un simple “cumplíamos ordenes”  y al jefe que les recrimina que se han pasado le llaman “cobarde” un cobarde que implica: “fuiste tú quién diste la orden, pues ahora da la cara”. Me viene a la cabeza el proyecto milgram, y me pregunto cómo es tan fácil que acatemos ordenes que van en contra de  nuestro sentido común… se me ocurre que tal vez no es tan común ese sentido, pues no parece que nadie lo esté aplicando.
Veo en Facebook que existe la opción de estamparles a los bancos en la cara la ley y alquilar el piso por un euro para que no lo puedan embargar. Leo inmediatamente que esta triquiñuela no tiene base legal y no nos permite salirnos con la nuestra… y escucho a los ancianos que esperaban junto a mi padre que les atendieran: Todos coinciden en que estamos en un ambiente similar al que desató la guerra… hay un silencio… uno aventura: será de nuevo una guerra entre hermanos… y todos callan… y empiezo a notar que un lágrima amenaza con rodar salvajemente, trato de contenerme porque con tanto abuelo enfermo no es plan. Y otro se lanza: O salimos todos a la calle a la vez o esto explota.
Hoy llego a casa, después de ver a mi padre mucho mejor  y pongo la tele. Cuentan que quieren hacer un Eurovegas en Viladecans…  lo quieren hacer en unos  terrenos que son del Barça y que mira tú por dónde, nunca ha podido utilizar por el impacto medioambiental de la zona…   ¿qué magia misteriosa puede hacer que una ciudad de casinos, rascacielos, luces, tabaco y alcohol, no impacte nada y sea legal que construyan allí…? que miedo, y que asco…
Tu triste mariposa, que hoy vuela bajo.
Esteruqui