Mi queridísima mitad
aferrada al alma, ni sé cuantas veces he releído tu último mail… supongo que en
estos casos es cuando uno comprende que el arte da sentido a la vida y quan
necesario es en nuestra insolente y a veces insoportable existencia. Releo una
y otra vez tus palabras y las de Martí i Pol y me deshago, lloro, me quedo en
blanco, en fin, supongo que estoy de duelo.
A menudo durante el día
me falta el aliento, una bocanada de aire que no acaba de entrar, un intento de
bostezo para que el oxigeno haga su trabajo y un ligero momento de
desesperación cuando el aire no termina de abrirse camino.
En el trabajo también me
ahogo a veces, y Jenni, que se sienta a mi lado y es un cielo, mueve la cabeza
con preocupación: “¿Cuánto tiempo te ha dicho el médico que puede durar esto?,
¿no es mejor que vuelvas y le digas cómo estás?... te ahogas mucho Ester, ¡seguro que no es mejor que te cojas unos días?…” ¡Me
encanta tenerla al lado!. Y en realidad tiene una cierta gracia porque yo no me
siento especialmente triste, ni nerviosa, ni estresada, la verdad es que me
siento algo cansada pero sin salir de lo que viene siendo lo normal de una
persona con un trabajo fuera de casa y dos nenes. Como yo hay infinidad de
personas y no veo que vayan por ahí ahogándose, es más, yo misma estaba
llevando esta misma vida sin problemas antes, así que no veo porque ahora tiene
que ser tan estresante que no pueda ni respirar.
Pero según el médico, el
cuerpo va por libre. Yo creo que estoy bien pero parece ser que el cuerpo tiene
otra opinión al respecto. Y me ahogo, tanto que parezco una adolescente
enamorada de Brad Pitt porque no paro de suspirar en un intento de que no me
falte el aire. Y el médico confirma: es lo que tiene la ansiedad.
¿Ansiedad? Siempre que oigo
esa palabra pienso irremediablemente en Nat King Cole y tal como alguien la pronuncia
en mi mente tarareo: “…de tenerte en mis
brazos, musitando, palabras de amor, ansiedad, de tener tus encantos…”
Y en fin, si de verdad es
eso lo que me pasa, creo que estoy haciendo lo correcto, hablo de mi padre a
ratos, lloró, descanso, voy a trabajar y me concentro en el trabajo y en reírme
un rato con mis compañeras, que en estos días han sido todas un gran punto de
apoyo, pues todas han estado mimándome en todo momento, salgo a tomar un café,
charlo, me rio, he vuelto a hacer punto… aunque no me cunde, soy como Penélope,
tejo y destejo la misma pieza pero lo mio no es por amor, es porque me equivoco con los puntos y tengo que volver a empezar… ¡qué sé yo! Pero si es eso, como decía un
terapeuta del que no recuerdo el nombre: “Esto, también pasará” y entonces podré
respirar con calma, sin miedo a que me falte el aire y como se supone que quien
canta su mal espanta, déjame que comparta contigo mi Ansiedad, pero que sea Nat King Cole quién te la cante al oído…
T’estim
Esteruqui
Ay cariño, bienvenida al club de la ansiedad.
ResponderEliminarNo es por desanimarte, pero en mi caso, una vez la pillé, nunca quiso volver a irse. Pero se aprende a vivir con ella, no desesperes. Se la puede engañar, en mi caso con ejercicio. Así ahuyento todos los demonios. Sudar, sudar y sudar. Cuanto más sudo, mejor me siento. Todo sea por crear endorfinas. Y entonces vuelves a tener amor para contigo mismo y para regalar a quien más lo necesite.
Así que quiérete y regalare unas buenas endorfinas.
Un besazo y un abrazo fuerte, fuerte.
I como dice también Nat king Cole, SMILE:
ResponderEliminarhttp://youtu.be/kjFXIngaDzo
Muy buena.
ResponderEliminarrespirad hondo, respirad fuerte...porque la ansiedad no tiene que ser vuestra compañera ;) tal como viene debe marcharse y vosotros soys la muestra de que con una gran sonrisa no hay nada a lo que temer. muakkkkkkkkkkkkkk
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