domingo, 28 de abril de 2013

Nadie es perfecto.

 
 
Mi dulce chocolate belga con amarga naranja dentro:
¿qué me estas contando? Todos estos años el peso de la responsabilidad caía sobre mis hombros. De repente nuestra relación pasa por mi mente como un película:
Concurso de Monólogos (una servidora ganó y tú quedaste finalista). Espectáculo final con todos los participantes y la organizadora pidiéndome que haga entender a una de las participantes que debe limitar su actuación a diez minutos. ¿Cómo se llamaba?, no lo sé, para nosotros siempre fue Trini. Tú estabas sentado en el suelo escuchando como me inventaba barbaridades con tal de argumentar que no podía estar cuarenta minutos parloteando porque eramos quince actores. Cuando se fue, disgustada por el recorte, me dijiste: " a mi me ha pedido el teléfono para actuar juntos un día y le he dado uno falso"; a lo que yo, imprudente de mí, respondí: "¡que bueno! ¿tú eres gay verdad? (tu carcajada fue monumental, o así es en mi recuerdo) una maldad tan femenina no es propia de un hetero". Nos hicimos amigos para siempre desde ese mismo instante y ahora me doy cuenta de que nunca respondiste a esa pregunta.
De allí nació nuestro espectáculo Trini y amigos, esa época farandulera de bolos por el mundo contigo fue genial. No necesitaba nada más.
Como digo, la pregunta siempre quedó sin respuesta, pero yo siempre lo supe. Así como tú te disculpas por no haberlo dicho antes, yo te pido perdón por fingir que no lo sabía.
Tus cenas en las que el único hetero era Toni (yo no cuento, que a mi me va todo), Tu cumpleaños en el que sólo había tres chicas, tus excursiones con las panteras grogues. Y David. Ese David encantador al que quiero tanto como a ti (o más, desde luego es tan adorable que quererle no tiene ningún merito)... nunca vi el momento de sacar el tema y hacerte ver que tu mundo era el de los Village people, que tú no te dabas cuenta como el profesor de In & out, que nadie se creía la história del mayordomo porque no hay uniformes en tu casa y resulta raro que el servicio se siente a comer con nosotros, que todos menos tú veiamos claramente que....
jajajaja ¡vale, lo confieso! ¡me has ganado! quería enviarte un mail igual de absurdo que el tuyo pero no he podido. Como siempre te superas a ti mismo y la manera que tienes de anunciarme que te casas es ¡supercalifragilisticaespialidosa! ya puedes contar que allí estaremos. Odio las bodas (y los entierros) pero si tu me pides que acuda a tu boda con un vestido rosa y cantando Say a litle prayer for you como en La boda de mi mejor amigo  ¡allí estaré!; por ti iría hasta el infinito y más allá. No puedo imaginar mejor compañero de viaje que David. Esto merece un encuentro ya y propongo una barbacoa en casa cualquier domingo que os venga bien (Toni no ha terminado aún las obras pero el garage se puede utilizar para un encuentro.
¡Os quiero a los dos!
¡VIVAN LOS NOVIOS!
Vuestra,
Esteruqui

1 comentario:

  1. Estoy emocionado...

    Oh, la escena final es muy triste, y muy representativa.

    Un besazo,

    David

    ResponderEliminar