lunes, 19 de diciembre de 2011

¡Y se armó el Belén!

Mi querido polvorón de almendras y semillas de ajonjolí, antes de meternos en harina, vamos a dejar las cosas claras: La única razón por la que tengo un poco olvidado el tinto de verano es ¡porque es diciembre! En estas fechas, me debo más al Martini para abrir boca y al cava para los postres.
Dicho esto, comentarte que si quieres tener miedo ven a mi casa esta Navidad. Oriol se ha empecinado en que montemos un Belén y he tenido que rescatar del baúl de los recuerdos las figuritas de mi infancia. La verdad es que daban mucho miedo, ya que básicamente, no hay ni una entera. Además del exceso de tullidos en un pueblo tan pequeño como es un belén de 1,50 cm de largo por 40 de ancho, hay que ver que diferentes son los estilos y tamaños que uno va adquiriendo a lo largo de su historia. Tenemos unos reyes magos que parecen Masai al lado de algún que otro pastorcillo que dicho sea de paso, cuida de unos pollos que se pueden comer a sus cerdos de un picotazo. Es como tener un belén que ha sido afectado por la radiación o por alguna mutación extraterrestre. De verdad que la perspectiva no puede disimular estas diferencias de tamaño tan evidentes. Los protagonistas, los que ocupan el portal, están tan pegados con loctite y otros productos similares en otras texturas, que daban hasta grima. Así que decidí lo más viable, me fui a un bazar chino y busqué un portal que tuviera un tamaño aceptable para lo que tengo en casa. Me entró la risa viendo los portales que me ofrecían. En uno la mula y el buey eran directamente un camello y una cabra. El dependiente  vio que reía como hacen las locas, sola.  Y decidió preguntar:
- ¿A tú qué pasa?
- que estos animales no van ahí, es un buey y una mula… además este camello esta ensillado y todo.
- ¿no son estos?
- ¡no que va!
- y si no son de ahí, ¿qué hacen ahí?
Y se empezó a reír sin más, así yo ya no me reía sola y no parecía una loca, el dependiente era muy atento.
Miriam insiste en que esa cara de pena que ponen las figuritas del belén en realidad es cara de placer, que a ella no la engañan, así que, cada vez que va  a ver  su madre le coloca las figuritas en posiciones más acordes con lo que ella cree que representa esa carita que tienen.
En resumen, por si al PP le da por ir casa por casa  a ver quién es un ciudadano de bien y quién va a la lista negra, yo tengo un belén puesto, si viene Miriam antes que los esbirros de Mariano, tendré que revisar posturas, sobre todo entre pastores y ovejitas. Cabe decir, que al precio que me costaron las figuritas, la virgen María está bizca y Jesús parece que tiene tres meses, pero cuando hay crisis, no se puede ser exigente con las figuritas del pesebre….
Un beso de mazapán.

Esteruqui

2 comentarios:

  1. está claro que los belenes no son "santos de tu devoción" jeje ;-p pero y lo bien que te lo has pasado qué? eso no tiene precio! jajaja un besazo muy reketegrande guapa y pasa unas fiestas estupendas acorde a ti! muakkkkkkkk

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  2. Pues siguiendo con lo mío..este año ni belén ni árboles de plástico... me puesto una luces navideñas a modo de cabezal, que quedan divinamente y dan mas ambientazo y glamour que la campanario en el 10º aniversario del baja beach! y sí... sigo pensando que la escena 'belenística' es un poco porno.

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