lunes, 20 de junio de 2011

Miedo escénico

¿Cómo está la chica más guapa y limpia de todo el Vallès? ¿Qué digo el Vallès? ¡De toda la provincia de Barcelona y alrededores!
Te cuento:
El jueves estrenamos para familiares, parejas, vecinos del centro cívico donde ensayamos todo el año y para los amigos que no podían venir a las funciones oficiales (por problemas de agenda o por problemas para pagar los 5 euros de la entrada. Ayer era gratis. Nadie vino alegando la causa dos.
1.- O porque todos tenemos una dignidad (algo pueril porque cuando yo voy mal de pasta lo digo sin pelos en la lengua, salvo los que me quedan de la peluca de una función).
2.- O porque no va tan mal este país.
3.- O porque en este país no les va tan mal a mis amigos.  
Podría detenerme en las bondades o no de cada uno de estos puntos pero yo en realidad sólo quería decirte que estrenamos ayer (ojala esta verborrea escrita la tuviera verbal cuando un cliente me recrimina que si su plan de pensiones sigue perdiendo dinero tendrá una jubilación muy triste. Si tuviera ese don le diría que seguramente para entonces nuestro mundo será como el de la novela Un mundo feliz (Aldous Huxley) y cuando lleguemos a los 55 nos quitaran de en medio de alguna forma no dolorosa por el bien de la Humanidad. Y todos tan felices. Los que se queden. 
El estreno fue un éxito. Gusto mucho. Tengo que recordar aquí que estábamos rodeados de familiares, parejas y amigos con agendas estresantes o pobres de solemnidad. Los vecinos se fueron a sus casas nada más acabar. Lo normal. Ellos hubieran sido imparciales. 
Por lo demás me convocaron miércoles y jueves a un curso para directores de oficina en la planta 20 de la Torre Mapfre. Nivelazo. Extraña sensación para un pelagatos como yo hacer un curso para empatizar con nuestros subordinados cuando estoy en una oficina unipersonal y más extraño fue ver desde las alturas (las vistas son magnificas) el parque de la Ciutadella rodeado de furgones policiales y helicópteros a nuestra altura descendiendo destino al Parlament. Hace nada hubiera estado entre los indignados (quizá entre los indignados con los indignados). ¿Lo siguiente? ¿Un Mundo Feliz?
Fines de semana como los que tú has tenido los he vivido yo también. Yo no sé si el Chef Ramsay querría entrar en mi casa. El único chef que ha entrado ha sido el 2000 (sin amo en la oficina) y nada más abrir la caja tenía un golpe en un lado y no respondía el cuadro de mando. Insistí hasta que se hundió mi dedo en el botón de programar. Compré los ingredientes para hacer un marmitako porque aparte de hablar una voz de mujer sin parar "cierre  la puerta, cierre, cierre listo para cierre, temperatura… la puerta cierre, cierre...." se supone que calentaba. Hasta que eche los ingredientes. Se te queda cara de tonto cuando lo único que se calienta es tu cabeza. Eso sólo fue el comienzo, nunca un marmitako tuvo menos aspecto de ser comestible… donde esté una cazuela de barro…
¿Cuqui vendrás a verme?
Besitos,
Johnny

No hay comentarios:

Publicar un comentario