martes, 14 de octubre de 2014

En ocasiones veo muertos



Querido frufrú,

Me ha encantado tu descripción de la boda de  Pili, seguro que fue inolvidable en todos los sentidos (desde el más friki al más romántico) Que sean felices hasta el último aliento, con eso me conformo.

De todo lo demás que me cuentas me he hecho un poco de lío. Me quedo con la pagina web de tu amigo Lluís, porque el cine desde la cuna es lo que nos ha marcado a esta generación que tanto hemos visto La reina de África como Matrix y todas las sentimos un poco nuestras (a pesar de que algunas son más de nuestros padres o abuelos). Eso y la posibilidad de viajar contigo y David por Arezzo dado que es algo que nos queda pendiente a ambos. Decirte que en mi caso, a pesar de que casi lloro de emoción en Florencia el síndrome de Stendhal no apareció, y me honra decir que al parecer es más propio de aquellos que no están acostumbrados al arte en particular y la belleza en general, así que es posible que no me diera un amago de angina de pecho, básicamente porque tengo los ojos y el alma acostumbrados al goce. Ahí lo dejo.

Dicho esto, te comento que hoy he descubierto un incipiente resfriado en mi persona pues empiezo a moquear y ando estornudando por los rincones como Zarzamora que llora traicionada.

No sé hasta qué punto es psicosomático y se debe a que mi tía me ha rogado que acepte a mi prima en casa unos días, tal vez semanas, con la esperanza de que la enderece.

No sé si mi tía simplemente quiere descansar un poco y no tiene sentido del peligro o que realmente cree que puedo hacer algo con una adolescente que ni estudia, ni trabaja, ni tiene interés en hacer nada más que no sea teñirse y pintarse las uñas. Ya sabíamos en su momento que debíamos alejarla de la licra, pero parece que no fue suficiente.

No sé, tengo una cierta sensación de Rotenmeier o hermano mayor, ¡vamos! Que me da miedo que su presencia (y el motivo por el que viene) me haga sentir mayor.

Además he de contarte algo: en ocasiones veo muertos, uno en concreto. Mi padre, y no está en ningún lugar en el que estaría (su hábitat natural era la sala de estar en particular y la casa en general) me lo encuentro en el Mercadona, por ejemplo: cojo los macarrones del estante, miro hacia delante en el pasillo y ahí está, es sólo un momento, como un parpadeo, pero ahí está.

El otro día estaba dormida, eran las 5:17 de la mañana, abrí los ojos entre sueños y ¡pam! Mi hija en pijama de pie mirándome fijamente. Me pegué un susto de muerte y ya no estaba. En realidad estaba dormidita en su cama sin molestar a nadie, que ya es raro porque es sonámbula, así que: en ocasiones veo vivos.

En fin,

Espero que nos veamos pronto, traje un Chianti de Volterra y espero que podamos vaciar la botella con vosotros antes de las navidades.

Un baccio mio cuore!


Esteruqui

1 comentario:

  1. Muchísimas gracias Esteruqui guapa ;) el aliento lo "estiraremos" hasta el final de los tiempos porque vale la pena disfrutar del "momento dulce" que el universo nos esta regalando (no sin antes haber hecho un trabajo durisísísísímo jeje) y seguir compartiéndolo "of course"! ;) besos mil.

    ResponderEliminar