domingo, 11 de septiembre de 2011

Si tu malita yo malito.

¡Lumbalgia de mis entre cejos aderezada con dolores de espalda y tirones en las piernas!
No te pregunto qué tal porque leo que fatal. 
No creo que te sirva de consuelo pero yo he cambiado mi moreno por un rosáceo que derivara en amarillo y acabara en aceituno con pústulas de los nervios. ¿Una enfermedad venérea? No, mi alergia al trabajo agravada por dosis altas de melancolía que llegan con las primeras caídas de las hojas. A diferencia de mi amigo Ramón a mi me deprime el otoño y me afecta en todos los sentidos. Uno de ellos, la libido, cae por los suelos y llegue un año a hacerme analíticas de la testosterona porque vi en la televisión que es en el hombre como el aceite al coche: necesaria y en niveles medio altos, para estar tranquilos. Y como en el coche también le podemos echar un extra si está bajo mínimos. A base de parches y otros remedios, incluso inyecciones: chutes de testosterona que te deben dejar Divine (en el 'amplio' sentido de la palabra). En mi caso los niveles estaban bien. Todo era pura tristeza. Física. Comprobada. Por suerte, estacional. Preparemos los cleanex.

Muac!
Johnny

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